Rincón del pensamiento
LOS CARAMELOS
Un niño, que se
paraba siempre delante del escaparate de la pastelería del pueblo decidió un
día entrar dentro para ver más de cerca los dulces y chucherías que estaban a
la venta. De todo lo que allí se vendía, lo que atrajo más su mirada fue un
bote de cristal repleto de caramelos de brillantes colores. El dueño de la
tienda, un anciano muy amable, vio al pequeño que no podía apartar la mirada de
aquel frasco y le dijo:
«Mete tu mano en ese recipiente y todos los dulces que puedas coger
serán para ti».
Moraleja: Al igual que en esta historia, muchas veces nuestro egoísmo nos acaba causando problemas que no existirían si nos mostrásemos menos ambiciosos e inconformistas.
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